Growing In Faith Together

Marriage Annulments

DECLARATION OF NULLITY
(Ecclesiastical Annulment)

The Metropolitan Tribunal of the Archdiocese of Los Angeles has as one of its responsibilities to resolve questions about ecclesiastical marital status.

As long as certain essential elements were present, the Church considers the marriage of all persons, even those between two non- Catholics, to be valid, whether the wedding was religious or civil.

However, if the examination shows that a marriage suffered from some serious defect from the beginning, the presumption of validity no longer holds. When it can be proven that a particular union was originally never all that the Church understands marriage to be, then an Ecclesiastical Declaration of Nullity (i.e. an Annulment) may be declared. On the other hand, if there is insufficient proof, then the Tribunal reaffirms that such a union must be regarded as valid.

This process does not deny that a real relationship existed. No one can erase the past nor deny that an historical event took place. There is no attempt to assign guilt or innocence to either party, nor does this imply that the union was entered into with ill will or moral fault. The annulment is not a reward for certain behavior of one or both parties, nor does it condone the questionable conduct of either. Rather, this Declaration is a statement by the Tribunal that from the evidence available, even though both parties may have acted in good faith, it appears that not all the essential elements were present from the beginning of the particular union to constitute the marriage bond as understood by the Church.

Since the purpose of this process is purely religious, there are no civil effects. It does not affect the legitimacy, custody or visitation rights of children, alimony, child support, division of property, names, or inheritance. For assistance, contract Dn. Ed Mills at 805-642-7966, ext. 152.

 

Siempre y cuando ciertos elementos esenciales estén presentes, la Iglesia considera válido el matrimonio de todas las personas, aun el matrimonio entre dos personas no Católicas, ya sea boda religiosa o civil.

Sin embargo, si el examen demuestra que el matrimonio sufre un serio defecto desde el principio, ya no se mantiene la presunción de valides. La Declaración de Nulidad Eclesiástica (o Anulación) se puede declarar cuando se demuestre que una unión particular nunca fue todo lo que la Iglesia entiende que sea un matrimonio. Por otra parte, si no hay suficiente prueba, entonces el Tribunal reafirma que tal unión debe de considerarse valida.

Este proceso no niega que existió una verdadera relación. Nadie puede borrar el pasado ni negar que fue un evento que se llevó acabo en la historia. No es la intención asignar culpabilidad o inocencia a ninguna de las partes, ni tampoco implica que la unión se llevó acabo con mala intención o culpa moral. La anulación no es una recompensa por cierto comportamiento de alguno de los contrayentes, tampoco justifica la conducta cuestionable de ninguno. Sino que, esta Declaración es una declaración por el Tribunal de que con la evidencia disponible, aunque las dos partes hayan actuado en buena fe, parece que en la unión particular, desde el principio, no estuvieron presentes todos los elementos esenciales para que la Iglesia lo constituya un lazo matrimonial. 

Ya que el propósito de este proceso es puramente religioso, no afecta lo civil. No afecta legitimidad, custodia o derechos de visitas de los hijos, la manutención, división de propiedades, nombres, o herencia. Para asistencia inicial comuníquese con el Diacono Raúl González al (805) 642-7966, ext. 149.